jueves, 10 de enero de 2008

PIERCING


Traspasar la piel, perforarla y al mismo tiempo modificar el cuerpo. No hay límites salvo la estética para separar conceptos entre lo hermoso y lo feo y quién sabe cómo y cuándo transitamos escuetos recovecos del buen o mal gusto. Algo en la belleza de la joya como tal, sugiere refinamiento. En el pasado, para los egipcios, sólo los nobles podían hacerlo.Otras culturas desde Papua Nueva Guinea, Polinesia, India, África han practicado el anillado del cuerpo, con fines decorativos y para diferenciar clases sociales, castas, etnias. La historia puede tocar a los romanos con sus aros en los pezones para sujetar la capa, en la época victoriana sujetaba el prepucio del príncipe y en la actualidad puede tener o no algún significado. Para nosotros, aún es magia, belleza, tradición, transformamos y no deformamos. Para nosotros la estética es ética, sin traición.
M & M

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